Autofotos.

http://www.youtube.com/watch?v=yH9ISGMtVPs&feature=g-user-u

Lo único que recuerdo es que fue la única persona que hizo que me sintiera tan especial, tan... centro de su mundo, de nuestro mundo por aquel entonces. El resto de detalles se me emborronaron como tinta de pluma por lágrimas. Consiguió hacerme llorar más veces de felicidad que de tristeza. Fue realmente el 'todo' de una vida, de mi vida. Supongo que eso es lo malo de tener fe ciega en otra persona, que si se va, te quedas en un nada, en un alma vacía y cubierta de un gran sinsentido. Es ahora cuando he conseguido reunir el valor suficiente para saber echarme de menos, a la persona que estaba aquí antes de que arrasase y se llevara por delante años y años de predilección por la fuerza, el orgullo y la falta de sentimientos reales hacia los demás, es ahora cuándo, el con quien me lo guardo, aunque jamás ha cambiado. 

El ritmo de las olas.

Alguien me dijo que en esta vida todos teníamos un precio, y que el mío se convertiría en mi condena... Él, fue un precio demasiado alto a pagar. Como el tiempo, que siempre te lleva por diferentes caminos. Uno que tú eliges, y otro que te imponen. Es muy sencillo cumplir un sueño si sabes que al alcanzarlo tendrás la mayor de las recompensas, una sonrisa, de quien sea, pero al fin y al cabo nunca dejará de ser una sonrisa. De manera inconsciente, o no, mi mente siempre trae recuerdos, esos que nunca se van y permanecen con cada detalle tan o más perfecto que en un tiempo pasado. Esa misma persona también me dijo que pasado pisado siempre se levanta, vuelve y te hace caer, pero que a diferencia de la otra vez, ahora has madurado y solo tropiezas porque tienes como objetivo no sacarla de tu camino más. Hubo una vez que me vi incapaz, que me vi cegada por el echar(te) de menos y me senté, y me negué a continuar. Tuve un parón de un año en mi vida y no me arrepiento, aunque la tirase por la borda y nadie más que yo lo comprendiera y viese el bien que eso me hacía. A veces negarse a mirar hacia delante te hace darte cuenta de que debes valorar más el presente, el día a día junto a las personas que de verdad quieres.

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Cows.

En la vida hay momentos en los que encuentras a una persona que está dispuesta a hacerte feliz sin una razón, que está dispuesta a hacer de tu vida algo más fácil. La encuentras y es entonces cuando sabes que nunca la vas a dejar ir. Descubres partes del querer que ni siquiera conocías, cuando te atrapa en un abrazo, te coge y te hace gritar, te mira y te hace sonreír. Comprendes lo que es olvidarte de lo malo cuando hablas con él. Comprendes lo sencillo que es ser feliz si entra por la puerta y te alegra las mañanas, lo sencillo que es escaparte de las lágrimas. Todo esto es el resultado de un año, todo el tiempo que me ha regalo y las infinitas sonrisas que me quedan por sacarle.

Y ahora siempre me digo "¿y por qué no?"

Me enseñaste a ser fuerte, a no rendirme cuando de verdad quería algo, estuviste al cien por cien cuando debías estarlo, me obligaste a ser tan fuerte cuando te fuiste que ahora que vuelves no sé si soy capaz de ponerte por delante de mí, no se si soy capaz de volverte a hacer el centro de todo y en torno a quien giren mis decisiones. Me demostraste que al igual que llegaste a mi vida en cuestión de días, en un minuto te fuiste, durante ocho meses en los cuales, simplemente, me acostumbre a estar sin tí y a recordarte cada vez menos. Nunca rogué nada más que un no me decepciones, y vuelves. Entonces es cuando descubro que la única persona que se ha estado decepcionando durante todo este tiempo, una vez tras otra, he sido yo misma, pensando que tendría la suficiente fuerza que tú me obligaste a tener, para luchar contra ti.

Cada vez más lejos, más abajo, más atrás.

Y no comprenderéis lo que es ser felices, hasta que no os la sude todo señores. Y no tengo más que decir hoy. Bueno sí, que si os joden, que al menos sea con gusto.

Miércoles, y aquí sigo.

Quiero que vuelvas, estoy harta de no tenerte, de no escuchar tu voz, tu forma de reírte, de no verme reflejada en tus ojos. No quiero que otra se cobre todos los besos que me debes. No quiero que esos abrazos en los que me rodeabas y apretabas fuerte como no queriendo que me fuese nunca dejen de ser míos para siempre. Quédate, ya no es que vuelvas porque no ha pasado el tiempo suficiente para que te hayas ido. Solo es una parada del tiempo entre nosotros, sigue siendo la primera vez, nuestra primera vez... No hay segunda oportunidad, ésta siempre continúa. Tenías tantas opciones y elegiste quedarte conmigo. Que cambien las cosas no significa que yo deje en el olvido esa decisión. Sé olvidar, sé perdonar, sé tolerar cualquier cosa menos que no estés aquí. Sólo escúchame un momento, mi intención no es convencerte de nada, es que te des cuenta de que empezaba el querer a estar en medio nuestro, pero eso, eso si se hace grande solo por una de las partes llega al olvido. Yo no quiero olvidarte, sí, soy egoísta, sobre todo a la hora de gastar lágrimas que no me van a devolver nada. Me doy cuenta de como sucedieron las cosas, y de que si yo las hubiese hecho de otra manera estarías conmigo, solo conmigo, solo mío. No tengo más que entregarte que algo que de verdad sería quererte. Todo me recuerda a ti... esas calles que recorrí de tu mano ahora gritan “te echo de menos.“ Supongo, y espero, que seas feliz, que al fin y al cabo es lo que importa mi bebé, que seas feliz... y sonrías y se te inunden azules de lágrimas de alegría. Te quiero.

Hoy, como un día cualquiera,  puedes disponerte a no a hacer nada y a no buscar a nadie y encontrarte con que lo tienes todo delante. Nada se ha movido de ahí, es más, eres tú quien se empeñó en cambiar las cosas para que algunas piezas que se te perdieron no dejasen un lugar imprescindible que ahora no se va a llenar. Limítate a dejar huella, a pensar que todo lo que hace con las demás lo aprendió contigo. Ten orgullo, que para ser feliz primero hay que ser fuerte. Dicen que si las personas se van de tu vida, es porque dejan hueco a otras más importantes que están por llegar... espero que el tuyo merezca la pena. Ya sabes, no me lo creo, pero lo intento... “La vida es demasiado corta para echar de menos“ y aquí me tienes, sí, echándote de menos.
Atte. Número‘14, te qui(ero)la con naranja.

"Perdón si te digo que te quiero pero no de la manera que tu quieres."

Y, cuando te cuesta confiar tanto en una persona en ese sentido... y lo haces aún sabiendo que te estás exponiendo al 100% en plan... "mira, puedes joderme todo lo que quieras" y te fallan, duele más de lo normal... y sufres, lloras, te enfadas, y coges rabietas de no querer volver a tener a nadie a tu alrededor. Lo único que quieres es perderle de vista, pero en realidad solo estás deseando que vuelva, hacer como si nada y ser feliz... a mi no me va eso de no saber lo que se tiene hasta que se pierde, yo he aprendido a valorarlo en el momento, a saber lo que cuesta y vale cada recuerdo, a conservarlo como si fuese lo más importante y, sobre todo, a mantenerlo ahí. Dirás que por mucho que te intente recuperar, no caerás, que le enseñarás lo que es pasarlo mal y el orgullo, pero eso te lo crees los tres primeros días, cuando tienes la esperanza de que vuelva, luego, se van desvaneciendo y lo único que esperas es... es cualquier gesto hacía ti que te diga que va a estar de nuevo a tu lado, pero no lo hay y él tampoco está. Se acaba, te pides tiempo a ti misma para que se te olvide, pero hay momentos, miles de momentos que hacen que vuelva a tu cabeza, y lágrimas nuevas se mezclan con heridas viejas que creías cerradas, pero que ahora, con esta situación se vienen a tu memoria. Y de nuevo, se acabó. Página en blanco, y guión desde cero.

Para una chica como yo, si fuese tú.

Si fuese tú, no harían falta cientos de regalos, solo momentos que tengan un significado de verdad, de amor. Si fuese tú, haría de cada nube en el cielo una forma y le sacaría una sonrisa, miraría cada pequeño detalle, cada pequeño defecto que diga que tiene se lo negaría y lo convertiría en lo más impresionante que haya existido. Si fuese tú, me sabría de memoria la localización exacta de cada lunar y la manera más rara de hacerla sonreír. Te diría noche y día cuanto te quiero y te podré llegar a querer, porque serás solo tú y nadie más con quien mi corazón roce. Porque si fuese tú, lo único que querría es mantenerla lo más cerca de mí el mayor tiempo posible, nunca nada es demasiado si proviene de una persona tan grande y va dirigido a alguien que quiere querer de verdad.

"Princesa."

Si piensas que esto va por ti, estás en lo cierto. Sal de mi cabeza o quédate en mis brazos, que nuestra historia estaba escrita trazo a trazo. Hay un mundo para ver, hoy abro los ojos y ya no tengo nada que perder. Me siento a ver amanecer y tengo envidia del Sol, se apodera del cielo como quiero yo. Sin obstáculos, sin nada que le frene, ya solo sonrío si dijeras que me quieres. Ha pasado tiempo, he aguantado tanto, ya sé que no debo pero lo digo. Tienes algo que no sé ni describirlo, mírame a los ojos, que sabes que no es nada pero aquí hay mucho y lucho, aún le quedan balas al cartucho. Hay tantas cosas que no me atrevo a decirte, tengo miedo a perder algo que ni si quiera existe. Sería todo distinto, nada que perder por estar contigo... Sólo me queda decirlo, nada que perder por estar contigo.

Tequila.

Había pensado en un cambio, pero un cambio que consista en aprender de todos mis fallos y defectos. Que merezca la pena. Sin pensar en que ha pasado antes del hoy. Algo que se mantenga en un equilibrio perfecto y constante. Su única consecuencia sería una sonrisa mañanera sin antecedentes, que no necesite de motivos para estar ahí. Es un buen plan de cambio, pero, ¿para qué lo quiero? Justo en el ayer ha sido donde he encontrado ese equilibrio perfecto y constante con un pedacito de naranja, cuando debería de haber sido de limón, por lo visto siempre va acompañado de algo dulce. Aquí me quedo, he dicho.

Dibujaré sonrisas en los días de lluvia, aunque sé que ninguna se parecerá la tuya, y volveré a soñar para si te soy sincero, volver a recordar el sonido de un te quiero.

Y seguirán pasando los días, y hasta que no comprendas que todo esto es verdad, estarás ahí esperando por el mínimo gesto que le dé sentido. Y yo, ilusa, que pensaba que todo iría bien sin a penas mediar palabra. Que solo era cuestión de cerrar la boca y abrir bien el corazón, me quedo aquí sentada recordando cada momento que no supe apreciar como debía, en las palabras que no debí de haber dicho y que podían haber arreglado esto que se muere, esto... que ya no es nuestro. Me destrozaste, sí, y hoy me he levantado con la sensación de que todo seguía igual hasta que he visto que ya no estabas en ningún rincón de mi habitación, en solo un par de horas te conseguí borrar de todos. Hay una gran diferencia entre la marca que has dejado en mi corazón y la que has dejado en mi vida, a cada cuál supongo, que más grande. No quiero explicaciones, ni excusas, porque de éstas últimas sé que la mitad siempre han sido mentiras, sí, y otra vez me llamo ilusa, porque te quiero creer en cada palabra que me digas solo por el hecho de no perderte, y ahora mírame, ya no estás conmigo, iluminándome cuando todo estaba oscuro... ya no estás para besarme y decirme que me quieres con una sonrisa en la cara. Ya no me quedo aquí, sabías o no sé si no querías saberlo, que eras el único puto motivo para quedarme, asique en el momento exacto te escribiré un adiós como el que tú, me has grabado a fuego. Eso no cambia el hecho de siga pensando que si vuelves, te querré por dos, pero ya dijeron que las segundas partes no son buenas, que cansan, hay menos confianza y cuando acaban... pues cuando acaban es tal la indiferencia por el otro, que ya no hay amor en el cruce de miradas. Es que estás en todas las jodidas partes, dentro y fuera de casa, a cualquier sitio a donde voy, siempre hay algo que te trae a mi cabeza. Dicho todo esto, me queda recalcar el último te quiero que me dijiste, tan perfecto o más que todos los anteriores. 

Me volví loco, te busqué como se busca lo que más queremos en el mundo.

No puedes pretender llegar a mi vida arrasando con todo como un huracán, cambiándola y haciendo cualquier ruido para llamar mi atención y luego irte por la puerta de atrás de puntillas y en silencio. No puedes pretender que haga como sino hubieses estado, porque lo digo con absoluta certeza, que el amor deja una huella que no se borra fácilmente, es más, no se borra y no me equivoco cuando digo que vas a estar siempre en mí. No puedes pretender que me arrepienta de haberte tenido tantísimos días a mi lado, porque de lo incomparable, nadie se arrepiente. Dicen que el primer amor no se olvida jamás, que es como si tuvieses una chimenea aquí, en el corazón. Haz que las que se escapen por la puerta de atrás sean las tonterías, que seamos solo tú y solo yo, sin nadie más que aparezca por sorpresa y sea capaz de llevárselo todo.

Porque hoy es tu día.

Estoy segura de que no entendemos el valor de los momentos, hasta que no se han convertido en recuerdos. Creo que por eso a día de hoy, he llegado a entender el significado de un te quiero dicho entre sonrisas, incluso a cambiar manías que sé que no soportas y mantener costumbres que sé que te encantan. Yo no busco más razones para darte por las que quiero que estés siempre aquí, conmigo, te las he dicho todas, todos los argumentos y motivos los tienes ahí, cada situación depende total y absolutamente de ti, de tu día y de tu forma de pensar a cada momento. Me acuerdo de cada bobada que has llegado ha hacer en mis peores días para que me riese y los mejores para que mi respuesta fuese un abrazo de esos que no quieres que acaben jamás, y no puedo evitar tener esa idea en la cabeza de que no quiero que cambie nada. Que no es casi perfecto, es perfecto, incluso con sus días malos, extraños y tontos, pero que más dá si lo que importa de verdad es que los dos seguimos aquí poniendo cada día un poco más de nuestra parte porque salga bien, porque seamos los dos, por razones por las que levantarte cada día feliz y teniendo ganas de reír sin parar merezcan la pena, por cosas como éstas haces de cada día algo diferente y especial.

Sigo usando las canciones para contártelo todo.

Sé que escuchas la música más dura para intentar acallar tus pensamientos y que no lo consigues, asique subes el volumen hasta tal punto que la sientes en el pecho.También sé que hoy es uno de esos días que te cuesta abrir la boca para hablar y que prefieres mirar una pantalla y escribir, aún sabiendo que no te saldrá lo más especial del mundo. Ahora, pues ahora que te digo, que si se acordará de mí y de cuando me solía ver, abrazar y sonreír, a mi era una rutina que me gustaba, que queréis que os diga, me llenaba por dentro.

Se hicieron perfectas tus imperfecciones, capricho de mis ambiciones. Nunca rogué nada más que un no me decepciones.

Doblar la esquina y llegar a casa, con el único puto motivo de entrar por la puerta y escribirle la mejor carta jamás escrita, con las mayores verdades... por todas partes, que nunca llegará a su destino. Según recuerdo decía algo parecido a lo que era sentirse orgulloso de uno mismo y defraudado del resto, algo de que era la mejor sensación eso de ser realmente feliz sin depender de nadie porque, a la hora de la verdad, cuando lo más difícil del mundo te pase, solo vas a tenerte a tí mismo, y nos jodió, al orgullo que ahora te tragas, a y los enfados que reprimes dentro.

Mírame, soy solo contigo y con nadie más.

Solo sé que mirarle cuando me sonríe con esa cara que solo él sabe poner. Me sé cada uno de sus gestos, el que hace cuando ríe, cuando se muere de risa y cuando se ríe porque es feliz, me sé el punto estratégico para hacerle caer rendido, incluso, que odia estar en pijama y que tiene un lunar en la mejilla derecha de su cara. Sé, como fuma y la manera tan suya de echar el humo, como coge el cigarro, lo muerde y le dá la primera calada, las siguientes, son simples repeticiones que no puedo dejar de mirar. Hace que deje de ser yo, cuando me canta canciones al oído tan repente como me abraza. Odia madrugar y siempre se quedaría cuatro horas más durmiendo, al igual que las películas de miedo. Saber como ser él, como ser yo, como entenderme con solo cruzar la mirada.

No encuentro mis violetas, ni mi 9 de Noviembre.

Algo tiene que pasar, desde luego.