8 agosto 2012

Miércoles, y aquí sigo.

Quiero que vuelvas, estoy harta de no tenerte, de no escuchar tu voz, tu forma de reírte, de no verme reflejada en tus ojos. No quiero que otra se cobre todos los besos que me debes. No quiero que esos abrazos en los que me rodeabas y apretabas fuerte como no queriendo que me fuese nunca dejen de ser míos para siempre. Quédate, ya no es que vuelvas porque no ha pasado el tiempo suficiente para que te hayas ido. Solo es una parada del tiempo entre nosotros, sigue siendo la primera vez, nuestra primera vez... No hay segunda oportunidad, ésta siempre continúa. Tenías tantas opciones y elegiste quedarte conmigo. Que cambien las cosas no significa que yo deje en el olvido esa decisión. Sé olvidar, sé perdonar, sé tolerar cualquier cosa menos que no estés aquí. Sólo escúchame un momento, mi intención no es convencerte de nada, es que te des cuenta de que empezaba el querer a estar en medio nuestro, pero eso, eso si se hace grande solo por una de las partes llega al olvido. Yo no quiero olvidarte, sí, soy egoísta, sobre todo a la hora de gastar lágrimas que no me van a devolver nada. Me doy cuenta de como sucedieron las cosas, y de que si yo las hubiese hecho de otra manera estarías conmigo, solo conmigo, solo mío. No tengo más que entregarte que algo que de verdad sería quererte. Todo me recuerda a ti... esas calles que recorrí de tu mano ahora gritan “te echo de menos.“ Supongo, y espero, que seas feliz, que al fin y al cabo es lo que importa mi bebé, que seas feliz... y sonrías y se te inunden azules de lágrimas de alegría. Te quiero.


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Ninguna herida escuece más que la absenta, es bueno para el corazón hace que no lo sienta, ya perdí la cuenta la noche pasa lenta en tus curvas de 60-90-60. Y es verdad, nada es lo que parece, soy un vampiro... duermo cuando amanece. Con la cuenta a cero al límite del coma, pienso que me la coma la de ya, el mundo entero. Es cierto, beber no ayuda, mañana lloraré por lo que ahora me la suda, ruda y pura realidad chaval, no se curan las heridas con botellas de 'Balantains'.

Nos libramos del ''me agobias'' hacía el ''¿Dónde coño estás?'' , vendí las cenas románticas por noches de lujuria, el ''sin ti padezco'' por el ''todo es culpa tuya'', los Domingos con tus padres por arcadas y resacas, el cine y las palomitas por el humo y los cubatas, los besos de buenos días por un ''vete de mi casa'' y el ''¿cielo qué te pasa?'' por el ''no me rayes tía...''
¿Quemarse en el infierno? Soy un ángel, no lo permitiría, por cada mediodía que te sentiste vacía, escribiría melodías. Sientemé en tu oido y en el pecho, siente como te protejo cuando hay bestias al acecho, satisfecho de acercarme veo que sientes como yo.