11 aprile 2012

Dibujaré sonrisas en los días de lluvia, aunque sé que ninguna se parecerá la tuya, y volveré a soñar para si te soy sincero, volver a recordar el sonido de un te quiero.


Y seguirán pasando los días, y hasta que no comprendas que todo esto es verdad, estarás ahí esperando por el mínimo gesto que le dé sentido. Y yo, ilusa, que pensaba que todo iría bien sin a penas mediar palabra. Que solo era cuestión de cerrar la boca y abrir bien el corazón, me quedo aquí sentada recordando cada momento que no supe apreciar como debía, en las palabras que no debí de haber dicho y que podían haber arreglado esto que se muere, esto... que ya no es nuestro. Me destrozaste, sí, y hoy me he levantado con la sensación de que todo seguía igual hasta que he visto que ya no estabas en ningún rincón de mi habitación, en solo un par de horas te conseguí borrar de todos. Hay una gran diferencia entre la marca que has dejado en mi corazón y la que has dejado en mi vida, a cada cuál supongo, que más grande. No quiero explicaciones, ni excusas, porque de éstas últimas sé que la mitad siempre han sido mentiras, sí, y otra vez me llamo ilusa, porque te quiero creer en cada palabra que me digas solo por el hecho de no perderte, y ahora mírame, ya no estás conmigo, iluminándome cuando todo estaba oscuro... ya no estás para besarme y decirme que me quieres con una sonrisa en la cara. Ya no me quedo aquí, sabías o no sé si no querías saberlo, que eras el único puto motivo para quedarme, asique en el momento exacto te escribiré un adiós como el que tú, me has grabado a fuego. Eso no cambia el hecho de siga pensando que si vuelves, te querré por dos, pero ya dijeron que las segundas partes no son buenas, que cansan, hay menos confianza y cuando acaban... pues cuando acaban es tal la indiferencia por el otro, que ya no hay amor en el cruce de miradas. Es que estás en todas las jodidas partes, dentro y fuera de casa, a cualquier sitio a donde voy, siempre hay algo que te trae a mi cabeza. Dicho todo esto, me queda recalcar el último te quiero que me dijiste, tan perfecto o más que todos los anteriores. 

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Ninguna herida escuece más que la absenta, es bueno para el corazón hace que no lo sienta, ya perdí la cuenta la noche pasa lenta en tus curvas de 60-90-60. Y es verdad, nada es lo que parece, soy un vampiro... duermo cuando amanece. Con la cuenta a cero al límite del coma, pienso que me la coma la de ya, el mundo entero. Es cierto, beber no ayuda, mañana lloraré por lo que ahora me la suda, ruda y pura realidad chaval, no se curan las heridas con botellas de 'Balantains'.

Nos libramos del ''me agobias'' hacía el ''¿Dónde coño estás?'' , vendí las cenas románticas por noches de lujuria, el ''sin ti padezco'' por el ''todo es culpa tuya'', los Domingos con tus padres por arcadas y resacas, el cine y las palomitas por el humo y los cubatas, los besos de buenos días por un ''vete de mi casa'' y el ''¿cielo qué te pasa?'' por el ''no me rayes tía...''
¿Quemarse en el infierno? Soy un ángel, no lo permitiría, por cada mediodía que te sentiste vacía, escribiría melodías. Sientemé en tu oido y en el pecho, siente como te protejo cuando hay bestias al acecho, satisfecho de acercarme veo que sientes como yo.