4 agosto 2011

One-Eleven.


Recuerdo haberte visto en los ciegos mas destructivos, no te conocía pero soñaba con acelerarte los latidos antes de dormir inconsciente por el alcohol, pensaba que pronto dirías lo peor ya pasó. La duda de no encontrarte nunca me hacia acabar mal entre los hijos de la peor puta. Soñaba con dormir abrazado a ti y no escribir poemas enfermos con la sangre de mi nariz. Dejar las camas donde intentaba llenarme un poco, pero tras el sexo frió acababa mas vacío y roto. Olvidar a esa arpía que me deprimía hasta extremos donde al darme por muerto ya ni me echaba de menos. Mientras hacía el odio con ella confieso que imaginaba como sería hacer el amor contigo, pero pasaban las madrugadas. Solo llegaban ganas de emborracharme, se hacía tarde, no sabia cuanto iba aguantar sin abrazarte. Recuerdo haberte invocado castigado en el pasillo tras romper las cartas de amor de quien me veia un pardillo. Solo fue un gamberro con acné, pero en cada gamberrada solo se ocultaba la tristeza de no tener cariño. Creía que con mi timidez cronica no te seduciría y encerrado con la música alta pasaba los días. Me besaron muchas, pero sabía que no eran la chica que esperaba y seguía en la eterna espera sin poder concentrarme en el instituto de mierda, dejándome de la calle, haciéndole el nudo a la cuerda. Cada lagrima en cada puñetazo que recibí, en cada momento feliz, siempre pensé en ti. La primera vez que subí temprano al escenario y en verde tus besos tenia sangre en los labios. Cada canción en el fondo iba dedicada a tu ausencia. Casi me volví una persona necia sin creer en mi esencia. Recuerdo haberte sentido cerca cada vez que rodeado de supuestos colegas sentí la soledad demasiado a mi lado. Cuando hasta de escribir sin salir de la cama. casi doy de ostias a la que diariamente mi bondad golpeaba. Las noches que imagine como seria pasar el tiempo juntos hoy se que tu eres la llama ya no me lo pregunto. Los amaneceres helados volvieron a mi cuarto pensado que la mala vida de una buena chica me había dejado. Cuantas cosas pase sin tu apoyo que eche la vista atrás, juro que no exagero, que me sorprende respirar, pero hoy respiro el triple que una persona normal. Tanto sufrimiento fue un entrenamiento para saberte valorar. Sabia que abajo estaban unos brazos por eso caí, aunque no podría volver aguantar lo que viví antes de llegar a ti...

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Ninguna herida escuece más que la absenta, es bueno para el corazón hace que no lo sienta, ya perdí la cuenta la noche pasa lenta en tus curvas de 60-90-60. Y es verdad, nada es lo que parece, soy un vampiro... duermo cuando amanece. Con la cuenta a cero al límite del coma, pienso que me la coma la de ya, el mundo entero. Es cierto, beber no ayuda, mañana lloraré por lo que ahora me la suda, ruda y pura realidad chaval, no se curan las heridas con botellas de 'Balantains'.

Nos libramos del ''me agobias'' hacía el ''¿Dónde coño estás?'' , vendí las cenas románticas por noches de lujuria, el ''sin ti padezco'' por el ''todo es culpa tuya'', los Domingos con tus padres por arcadas y resacas, el cine y las palomitas por el humo y los cubatas, los besos de buenos días por un ''vete de mi casa'' y el ''¿cielo qué te pasa?'' por el ''no me rayes tía...''
¿Quemarse en el infierno? Soy un ángel, no lo permitiría, por cada mediodía que te sentiste vacía, escribiría melodías. Sientemé en tu oido y en el pecho, siente como te protejo cuando hay bestias al acecho, satisfecho de acercarme veo que sientes como yo.