1 aprile 2011

Ni sin ti, ni contigo, pero que digo, contigo.

Él es idiota. Él es bipolar, gracioso, cariñoso, infantil, alegre, detallista, especial, quejica, descuidado, borde, imprudente, aunque a veces cariñoso, simpático, dulce, olvidadizo. Tiene manías que no puedo soportar. Cariñoso. No he contado las veces que me ha dicho te quiero, pero sé, que son muchas. Ve lo bello de la vida en donde nadie más lo puede ver. Siempre está ahí, a cada momento, a mi lado. Es la única persona que sabe sacarme de quicio. No me hace falta ser fuerte él lo es por mi. No permite que llore, él llora por los dos. Ni el cristal más fino se asemeja a lo transparente que puede llegar a ser cuando le miro a los ojos. Hizo que mis latidos tuviesen sentido. Por cada lágrima él tiene preparada una palabra para poder callarlas. Él espera, nunca abandona. Siempre está ahí, en el momento más inesperado y necesario. Dicen que la primera vez que le conocí fue cuando me enamoré de él. Aunque no lo admita, se preocupa demasiado por todo. Es orgulloso, y yo cabezota, pero si no soy con él, ni él es conmigo, que esos latidos se paren porque ya no les encontraría sentido alguno. Que todos le llamen de todas las maneras que existan. Enfermedad, promiscuidad, raro, precioso, sencillo, complicado, difícil, doloroso, verdadero, lamentable. Todas las personas de este planeta lo llamarían de cualquier otra forma, pero siguen pasando los días y sigo sin encontrar la definición exacta de esto, y no hay nada que se pueda definir mejor. La primera vez que le conocí... fue, cuando... me enamoré de él...

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Ninguna herida escuece más que la absenta, es bueno para el corazón hace que no lo sienta, ya perdí la cuenta la noche pasa lenta en tus curvas de 60-90-60. Y es verdad, nada es lo que parece, soy un vampiro... duermo cuando amanece. Con la cuenta a cero al límite del coma, pienso que me la coma la de ya, el mundo entero. Es cierto, beber no ayuda, mañana lloraré por lo que ahora me la suda, ruda y pura realidad chaval, no se curan las heridas con botellas de 'Balantains'.

Nos libramos del ''me agobias'' hacía el ''¿Dónde coño estás?'' , vendí las cenas románticas por noches de lujuria, el ''sin ti padezco'' por el ''todo es culpa tuya'', los Domingos con tus padres por arcadas y resacas, el cine y las palomitas por el humo y los cubatas, los besos de buenos días por un ''vete de mi casa'' y el ''¿cielo qué te pasa?'' por el ''no me rayes tía...''
¿Quemarse en el infierno? Soy un ángel, no lo permitiría, por cada mediodía que te sentiste vacía, escribiría melodías. Sientemé en tu oido y en el pecho, siente como te protejo cuando hay bestias al acecho, satisfecho de acercarme veo que sientes como yo.